10 Octubre. Unos cuatrocientos mil empleos y los esfuerzos realizados en los últimos años para alcanzar la autosuficiencia en el abastecimiento de la demanda de arroz del mercado local estarían en riego a partir de abril de 2016, cuando inicia el proceso de liberación arancelaria para la entrada de arroz procedente de Estados Unidos.
Conscientes de esta situación —que es similar en todos los países de Centroamérica y República Dominicana— los representantes de la Federación Centroamericana de Arroceros (Fecarroz) se reunieron ayer en Managua para buscar estrategias que les permitan contrarrestar el daño que provocará la entrada sin arancel del arroz estadounidense.
En abril del próximo año se cumplen diez años de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (DR-Cafta, por su sigla en inglés). A partir de ese mes —al haberse cumplido los diez
años de gracia acordados en el Tratado— y durante los siguientes ocho años, gradualmente se eliminarán los aranceles. También se elevará hasta quedar ilimitada la cuota de entrada que para Nicaragua se estableció en noventa mil toneladas para el arroz en granza y 13,000 toneladas para el arroz oro.
BUSCAN ESTRATEGIAS
“Tenemos que establecer estrategias y argumentos para demostrar que el arroz que se produce en Estados Unidos está subsidiado y por esto tiene precios muy bajos con los que nosotros no podemos competir porque tenemos una ficha de costos muy alta porque pagamos una de las tarifas de energía eléctrica más caras y altos intereses por el financiamiento”, dice Ulises Espinoza, presidente de la Asociación Nicaragüense de Arroceros (Anar).
Según el representante de los productores, aunque es una tarea difícil, buscarán las pruebas para demostrar que el bajo precio del arroz producido en Estados Unidos es producto de los subsidios que recibe.
De lograrlo, presionarán una negociación para evitar que una “invasión de arroz americano” en el mercado local ponga en riesgo el cultivo de unas cuarenta mil manzanas de riego que se cultivan dos veces al año para producir entre 6.2 y 6.6 millones de quintales.
Dicha producción permite abastecer cerca del ochenta por ciento de la demanda local, estimada en al menos 7.7 millones de quintales. El resto, entre 1.1 y 1.5 millones de quintales, se importa cada año. No existen cifras oficiales recientes sobre la producción de arroz de secano que se produce mayoritariamente para el autoconsumo en las Regiones Autónomas del Caribe Norte y Sur.
TODAVÍA PUEDEN NEGOCIAR
Aunque la desgravación arancelaria está establecida, todavía se puede negociar con los países firmantes del tratado y “de ser necesario” incluso recurrir a la Organización Mundial del Comercio (OMC) para demostrar que con los subsidios disfrazados que se dan en Estados Unidos, están haciendo dumping, explica Pedro Díaz Hertz, presidente del Consejo Mexicano del Arroz.
El dumping es una práctica comercial desleal en la cual un país exporta productos a un precio que es inferior al establecido en el país importador, afectando la competencia de los productores locales.
Para Díaz Hertz lo importante es que Centroamérica y República Dominicana “tomen providencias” para evitar que en la región se repita lo que pasó en México con la apertura de las fronteras al arroz.
“La apertura de las fronteras provocó que China nos comenzara a mandar arroz de muy mala calidad y a muy bajo precio y en cuestión de dos años a tres años estábamos dependiendo de las importaciones”, asegura Díaz Hertz.
Antes de dicha apertura, a inicios de los años noventa los arroceros mexicanos eran autosuficientes en el abastecimiento de la demanda local. Actualmente producen únicamente el 15 por ciento del consumo nacional y el restante 85 por ciento es importado.
EN RIESGO PUESTOS DE TRABAJO Y USO DE TIERRAS
Según Díaz Hertz los arroceros mexicanos producen únicamente unas 220,000 toneladas de arroz con cáscara y el consumo local es de unos 1.2 millones de toneladas.
“Se perdieron jornales y muchas tierras se dejaron de sembrar y que por desgracia en el sur-sureste del país en que en esta época esas tierras son inundables y solamente arroz se puede sembrar, están ociosas, están paradas y no se puede sembrar aunque tenemos el potencial para recuperar”, lamenta Díaz Hertz.
El dirigente mexicano culpa a las cúpulas empresariales de esta situación, por no incluir a representantes de los productores en las negociaciones de los acuerdos comerciales.
Además de las estrategias de negociación que promoverán para frenar la posible “invasión de arroz americano”, Espinoza confía en que los esfuerzos que se han realizado en los últimos años para mejorar los rendimientos (actualmente rondan los ochenta quintales de arroz oro por manzana) también contribuyan a contrarrestar el efecto que provocará la entrada de ese producto al país.
CONFÍAN EN QUE NO LO SACARÁN DEL NEGOCIO
La meta del sector es alcanzar la autosuficiencia para abastecer la demanda local a través del incremento de los rendimientos, ya que por el avance de la frontera agrícola no es posible considerar la ampliación de las áreas de siembra, dice Espinoza.
También confían en la fidelidad del consumidor local al arroz de buena calidad, ya que el importado por tener precios más bajos generalmente es de mala calidad.
“Como al nicaragüense le gusta comer arroz de buena calidad estamos introduciendo nuevas variedades que garanticen buena calidad y altos rendimientos y preparando tecnológicamente a los productores”, explica el presidente de Anar.
“Sicológicamente estamos preparados para la llegada del arroz americano. Sabemos que va a haber problemas pero no nos van a sacar del negocio del arroz. Seguramente nos van a pagar menos y vamos a tener problemas pero tenemos que ser más competitivos”, admitió Espinoza.
ABASTECIMIENTO AGRANDECIDO
Aunque la sequía ha provocado daños en al menos el cuatro por ciento de la cosecha de arroz de riego que está saliendo, la Asociación Nicaragüense de Arroceros (Anar) calcula que será superior a los tres millones de quintales, por lo que la importación del producto no debería crecer este año, sino mantenerse entre 1.1 y 1.5 millones de quintales, similar al año pasado. Esto garantizará el abastecimiento local y las reservas, lo mismo que la estabilidad del precio.
Anar aclara que desconoce los datos del arroz de secano, que podría estar más afectado, ya que depende exclusivamente de las lluvias.
No obstante, en los países vecinos la situación es diferente, por ejemplo en Honduras los productores proyectan pérdidas de hasta el cuarenta por ciento, por lo que deberán importar hasta cuarenta mil toneladas (880,000 quintales), dijo Michael Hawit, presidente de la Federación Centroamericana de Arroceros (Fecarroz).
HAY PROTECCIÓN
El DR-Cafta incluye una carta de protección adicional para el arroz nicaragüense, que establece que si el Gobierno de Estados Unidos subsidia su producción de arroz, automáticamente bloquea el mecanismo de desgravación de las importaciones. No obstante, el problema según la Asociación Nicaragüense de Arroceros (Anar) es demostrar esos subsidios que se entregan de forma disfrazada.
Fuente: http://www.laprensa.com.ni