En una zafra en la que el sector arrocero local logró adelantar las ventas del grano, se enfrenta a una creciente competencia de Brasil en mercados clave – gracias a la devaluación del real-.
Por ejemplo, Uruguay logró regresar al mercado mexicano y eso fue festejado, pero Brasil cerró la semana pasada la venta de dos barcos de arroz cáscaras con ese mismo destino.
La propagación del coronavirus impulsó los precios internacionales del arroz, liderados por Asia, donde hubo un empuje por asegurar la oferta interna, lo que llevó a algunos a suspender o limitar temporalmente sus exportaciones.
Fue el caso de Vietnam, donde el gobierno interrumpió las exportaciones, para luego imponer una cuota por dos meses y finalmente liberar las ventas externas.
A eso se sumó las medidas adoptadas en India para combatir el coronavirus, donde se limitó la logística exportadora desde ese país, mientras en Tailandia las condiciones secas llevaron los precios del cereal a máximos en varios años.
Al mismo tiempo, en América Central se acentuó la demanda importadora para asegurar la oferta interna y eso coincidió con un momento en que EStados Unidos contaba con poca disponibilidad de arroz a precios altos.
Fue así que Uruguay logró colocar 100,000 tm de arroz cáscara en Panamá, a valores sustancialmente más altos a los que podía haber colocado ese volumen el año anterior.
Fuente: https://www.elobservador.com.uy